Otra dulzura «El Azúcar»

Por Mary Dib Ashur

El azúcar nos evoca dulzura y placer para el paladar. Con él damos un sabor especial a nuestros postres, al café de la mañana, la infusión de la noche y un sinfín de recetas más. Pero no sólo debemos tenerlo en cuenta como un ingrediente, sino que el azúcar es mucho más: es un elemento esencial que proporciona la energía que necesita nuestro organismo para afrontar el ritmo diario.

Pertenece al grupo de los hidratos de carbono, siendo por tanto un nutriente importante en nuestra dieta. Con su consumo en las cantidades estipuladas como más adecuadas, que oscilan entre los 60 y 80 gramos diarios (unas seis cucharadas de postre), haremos que nuestros músculos y nuestro cerebro funcionen a la perfección.
Un poco de Historia

A finales del siglo XVII, el azúcar era conocida en todo el mundo. Pero su origen se remonta a miles de años antes. Las primeras referencias son de hace 5000 años. Era extraído de la caña de azúcar en África. Su difusión fue paulatina hacia Oriente, donde fue conocido por los árabes que, a su vez, fueron los encargados de llevarlo por todo el Mediterráneo.
A España llegó en la Edad Media de manos de los árabes también.

Con la llegada de la conquista del nuevo mundo, la caña de azúcar fue transportada a América, llego a Argentina, donde encontró un clima ideal para su cultivo. En nuestro país se empleaba para perfumar recetas, pero sobre todo los boticarios usaban esta dulzura como componente de algunos medicamentos.

En el siglo XVII, exactamente en el año 1705, un joven químico francés, Oliver Serrés, descubrió el contenido de sacarosa que tenía la remolacha. Con ello apareció la posibilidad de obtener el azúcar de otra fuente que se podía cultivar mejor en Europa que la caña de azúcar. Con Napoleón Bonaparte, debido al bloqueo continental que sus conquistas impusieron en el siglo XIX, se impulsó el cultivo de la remolacha para extracción de azúcar.

El azúcar y sus tipos:

El azúcar de origen natural es conocido como sacarosa que, en términos científicos, se trata de un disacárido que se constituye a partir de la unión de una molécula de glucosa y otra de fructuosa. Se trata de una energía fácil y de rápida asimilación, lo que origina que se emplee rápidamente por el organismo y no se almacene tanto como las grasas. Nos aporta la fuerza y energía necesarias para desarrollar las tareas del día a día.
El azúcar de mesa proviene de la caña o de la remolacha.

Azúcar blanco y azúcar refinado: estos dos tipos de azúcar presentan una
forma granulada o en terrones y son los más usados en cocina. Contienen entre
un 97-99% de sacarosa.

Azúcar glass: es un derivado del azúcar blanco o en polvo, obtenido,
precisamente, de la pulverización del mismo, comúnmente llamado impalpable.

Melaza: es el residuo que queda tras refinar el azúcar. Se usa principalmente
para la elaboración de ron, pero no tanto en la cocina.

Azúcar moreno: presenta un color tostado que es el que le otorga el nombre.
Actualmente, la mayor parte de este tipo de azúcar se obtiene de añadir al azúcar
blanco extracto de melaza.
Además encontramos en los negocios de venta de artículos dietéticos, azúcar, MASCABO, RUBIA, NEGRA, entre otras.

En función del tipo de sabor que queramos aportar a nuestras recetas emplearemos uno u otro. Con ello obtendremos un toque especial, además de mejorar nuestra sensación de bienestar, pues el azúcar funciona no sólo como energía, sino también como un estupendo antidepresivo, debido a que potencia la segregación de endorfinas, una sustancia que genera el cerebro y que es la encargada de potenciar el estado de felicidad; la misma sensación de felicidad que otorga el chocolate.

TORTA DE AZUCAR NEGRA Y NUECES
Ingredientes
250 grs harina leudante
200 grs manteca
150 grs azúcar negra
50 grs azúcar común
3 huevos
50 grs nueces picadas
1 cdita esencia vainilla
Batir la manteca pomada con el azúcar común, agregar el azúcar negra, unir bien incorporar los huevos de a uno, continuar con el batido hasta que quede todo cremoso, añadir la vainilla y la harina de a poco, luego las nueces.
Colocar la preparación en un molde enharinado y enmantecado (puede ser de rosca).

Cocinar en horno precalentado, calor medio, por aprox. 30 minutos, controlar su cocción introduciendo un palito brochette. Tiene que salir seco. Desmoldar, enfriar, y espolvorear con azúcar impalpable.
Acompañar con un chocolate caliente, el que les enseñe la semana pasada, o un café negro.

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